jueves, 31 de diciembre de 2015

Otro año para correr.

Otro año para correr, otro año para vivir, pasa la vida.

Se cierran puertas, se abren otras.
Se afrontan retos, se planean otros.
Se van amigos, se hacen otros.
Se infringen reglas, se pactan otras.
Se olvidan palabras, se aprenden otras.
Se cortan manos, alzamos otras.
Se quema un árbol, se planta otro.
Se frustran sueños, se sueñan otros.
Se apagan vidas, se encienden otras.

Nunca es opción tirar la toalla.

Sigo tocado, sigo corriendo, febrero se acerca, la tentación de coger el coche e ir a Sevilla se aleja.

Pasan los años, pasa la vida y somos afortunados, podemos correr y tenemos todo el tiempo por delante.




martes, 24 de noviembre de 2015

La interminable travesía del desierto

Como atravesar un desierto, la lesión se va haciendo cada vez más dura cuando sigues sin ver el final y ya casi te has olvidado del principio.


Debería ser fácil. En el telediario sale el médico de un famoso futbolista que se ha lesionado: 
  - Según la resonancia, la rotura fibrilar es de 5,8 cms. Con el tratamiento adecuado podrá jugar en 40 días - .... y lo clava. 
El resto de los mortales nos tenemos que conformar con un: 
- A lo mejor se te ha inflamado el tendón, aunque no se ve nada extraño, supongo que te irá bien el reposo, el frío y tomar antiinflamatorios unos días - .....y así van 150.

Ya no me importa la causa, me importa la consecuencia. Me cansé de no correr y he vuelto a hacerlo, el dolor sigue presente al principio y al final, pero me deja ese espacio en medio que para mí es irrenunciable, a veces son unos pocos minutos, otras veces, las mejores, me deja media hora a 4:30 disfrutando de su olvido, curioso que me duela menos yendo más rápido.

En esta larga travesía por el desierto, recientemente he encontrado un pequeño oasis. Un oasis que me permite hacer 25-30 kilómetros semanales y 80-90 de bici de montaña en cuatro o cinco salidas, y la verdad es que me encuentro a gusto en él. No me vienen ansias por competir, no hecho de menos para nada los días duros de series o tiradas largas, llevo el garmin de adorno y ni siquiera me agobio al pensar que estoy inscrito para Sevilla y no voy a llegar ni de coña.
No sé si este oasis se mantendrá hasta el borde mismo del desierto, aparecerá de pronto un camino y podré volver a correr con libertad por asfalto o por el monte, o se desvanecerá de golpe teniendo que volver a la ardiente arena de la inactividad, de la de olvidarse del Maratón, quizás para siempre. 

Seguiremos intentándolo.

lunes, 10 de agosto de 2015

A las duras

Esa jodida lesión que te permite correr por la mañana y ni andar por la tarde.


Llevaba más de un mes corriendo lesionado, y siendo totalmente consciente de ello, que es peor. 

Ayer la gota colmó el vaso y toca parar. Todo empezó como de puntillas, una tarde tras un entreno tenía molestias en ambos talones, por mi sufrida experiencia pasada sabía que no era fascitis, la molestia era adyacente a la inserción del áquiles en el calcáneo y lo achaqué al desgaste de las zapas, seguí entrenando normal ya que el incordio se limitaba a los primeros minutos corriendo, después desaparecía y, que corredor no convive siempre con alguna pequeña molestia. 

Además del ojo clínico profesional que se me presupone, el otro ojo clínico personal me decía que la cosa no pintaba bien, pasaba el tiempo y las molestias se prolongaban, indagando aquí y allí creo que di al fin con el diagnóstico, entesitis aquílea era el palabro que se escondía tras mis males, como casi siempre el reposo es la solución, y la buena noticia es que raramente dura más de ¡¡SEIIIS MESEEES!! me niego.

Y como a perro flaco todo se le vuelven pulgas, hace unos días tras un buen entreno por el monte empezó a dolerme la zona medial de la rodilla derecha, esta también era una molestia conocida, ya la tuve hace unos meses cuando pasé del asfalto al monte, se mantuvo bastante tiempo aunque controlada, también es de las que te permite correr para agudizarse después en frío, finalmente se curó y ahora había regresado.

Con los años notas que se pierde mucha capacidad de recuperación, parar y volver a empezar para recuperar la forma se hace cada vez más duro con la edad, así que seguía corriendo, además la época estival no ayuda a contenerse de los ágapes, los arroces marineros, las parrilladas y las cervecitas y dos o tres kilillos de más siempre aparecen sin esperarlos por debajo de la ropa.

No quería parar bajo ningún concepto, mi objetivo de la Copa se había esfumado al no poder asistir a la carrera de La Garganta del pasado sábado, pero tenía aún en mente mi estreno en una ultra en el trail Artesanos de septiembre. Ahora la cosa ya no pinta nada bien.
Ayer salí en principio a hacer un par de horas suaves por la Sierra, las molestias se prolongaron un poco más de lo que acostumbraban, pero finalmente, antes de llegar a las antenas ya iba corriendo bien, bajando me permití incluso algún kilómetro por debajo de 4', pero al afrontar el cortafuegos que sube a uno de los riscos, la rodilla empezó a molestarme más y más, paré al llegar arriba pensando que el hilo por el que iba durante estas semanas se había roto, volví despacio a casa, con quince kilómetros, 800 mts. de desnivel positivo y los objetivos truncados, por la tarde casi no podía andar y parar del todo y el tiempo que sea necesario se hace imprescindible, si no hay molestias la bici pagará los platos rotos. 

Por otra parte, cambiando de tema, aunque no lo tengo como una obligación, me siento en deuda con muchos de vosotros que tanto me habéis motivado y lamento mucho no ser más constante últimamente con el blog, se me ocurren cosas, pero luego tengo como esa sensación que se produce cuando te dan un micrófono para hablar y te quedas en blanco, propósito de enmienda, lo prometo.

Esta semana cojo las vacaciones y me temo que por primera vez en años serán muy sedentarias, aunque no me resistiré al menos a  meter en el maletero unas zapas, unos kilometrillos por el Parque Natural del Cabo de Gata no me los quita nadie.

miércoles, 17 de junio de 2015

Carrera Pencona Aldeanueva de la Vera

Carrera Pencona: Distante, fría, dura, traicionera.......irresistible.


Cuarto año consecutivo que no me puedo resistir a estar el día señalado a las 8 de la mañana en el puente de San Gregorio de Aldeanueva de la Vera para correr su inigualable carrera Pencona.

Probablemente sea por desnivel, distancia y terreno técnico la más dura de Extremadura, este año le han quitado tres kilómetros de pistas llanas al principio de carrera, así que había que afrontar el toro de forma más directa aún, sin tiempo de arrepentimiento.

Tuve que ir solo desde Cáceres, así que tocó madrugar de lo lindo, no sé el apelativo que me pondrían muchas personas que conozco si se enteraran de que me levanto un domingo antes de las cinco y recorro 120 kms.  para andar penando más de cuatro horas corriendo por el monte. Al menos tengo otro compinche incomprendido en la familia, porque allí estaba también mi cuñado que se acercó en unas condiciones parecidas desde Pinofranqueado. A esa hora el termómetro ya marcaba 22º, aunque la verdad es que solo noté calor en la última parte de la prueba al descender de las cotas más altas, arriba con el cuerpo sudado y a casi 1.800 mts. de altitud, casi te quedabas frío con el viento.

Salida de la prueba larga, 29 km D+ 1.916 mts.                     Foto: Jose Mª Diaz
Veintinueve kilómetros y más de 3.800 metros de desnivel, con tramos de terreno muy difícil tanto en subida como en bajada nos quedaban por delante. Es de agradecer que este año se acrecentaba mucho el número de corredores ya que se organizó también una "minipencona" de 16 kms. para aquellos que todavía no se ven para la larga pero no se quieren perder el encanto de esta comarca, seguro que ya están pensando dar el paso a la grande el próximo año.

Comenzamos la carrera de forma pausada, al contrario del año pasado, se sube prácticamente desde el inicio por camino estrecho, de forma que vamos acomodando los pasos al corredor de delante, salirse del camino para adelantar supone un esfuerzo que en estas carreras luego se puede pagar caro, de forma que cubro los primeros kilómetros bastante cómodo.


La zona trasera del pelotón subiendo.    Fotos: Jose Mª Diaz
A partir del kilómetro tres y cuando llevamos casi 200 mts. ya de ascensión comienza lo duro, entre este kilómetro y el 9 hay prácticamente un kilómetro vertical de subida (tercero en el último mes), y sobre todo el kilómetro 7 es bestial, al desnivel se le une un terreno de roca y matorral que hace que tengas que ir continuamente ayudándote de las manos y no pensar en nada más que en seguir subiendo, un kilómetro en 19'58" puede dar idea de este tramo hasta alcanzar el famoso paso de los Buitres cuya foto de otros años no me resisto a poner de nuevo.

Paso de los Buitres, fijarse bien en las hormiguitas de colores
Tras pasar las rocas más grandes, el desnivel decae un poco y aprovecho para trotar un poco y adelantar algunas posiciones, las sensaciones son buenas, intercalando andar y trotar por zonas de prados encharcados bastante dificultosas por encima de la Chorrera de la Mora, noto que voy bien de reservas  para el siguiente tramo duro de subida hasta el alto de la Panera, que hago de forma pausada pero continua, me voy despegando poco a poco de mi grupo y culmino en el avituallamiento de lo más alto dispuesto a echar el resto en la bajada.

Prados encharcados por encima de la Chorrera de la Mora, terreno tramposo.
Bajada, decir bajada a esto es un poco aventurado, yo diría que es como tirarse por un barranco de piedras, retamas, piornos y helechos que apenas te permiten ver el suelo, si te paras a pensar no bajas. Aún así, este año me noto más ágil y seguro, me he reforzado los tobillos con esparadrapo y se nota, me pasa algún opositor a suicida, pero por lo general soy yo el que cazo a más gente. Entre ellos a mi cuñado, al que veo cojeando, este año se han tornado las cosas y es él quien ha tenido primero una torcedura y luego un esguince, queda mucho y ha decidido retirarse en el siguiente puesto de control del km.14, menudas historias me contó después de la gente que llegaba ya muy tocada a ese puesto.

Tras coger una pista bastante corrible, nos encaminamos a la segunda subida dura del día, por suerte el terreno es más practicable y me permite llevar un ritmo aceptable y atrapar a un grupo de cinco corredores con los que continuo la subida, el paisaje en esta zona es precioso, con todo el valle a nuestros pies, una lástima que este año hayan subido muy pocos fotógrafos y apenas he encontrado la foto anterior, seguiré buscando.

Llegando ya al alto del Collado de las Yeguas, veo en el avituallamiento bastantes corredores, así que como me veo bien de fuerzas, aprovecho para tomarme un gel justo antes de llegar y paro apenas unos segundos para beber y seguir para abajo, adelantando así a un buen grupo.
Recuerdo el año pasado como esta preciosa bajada no pude hacerla como me gusta porque había llegado bastante tocado a ese punto, pero este año la he disfrutado a tope, zigzgueando sin parar por una vereda paralela a la garganta. En ese punto dejo pasar a Mª Luz, la primera corredora de la general que baja increíble junto a otro chico, intento seguirles y ya casi llegando abajo tengo el peor percance de la carrera, tropezón y caída con una fuerte contusión en el costado, la verdad es que no noté el golpe, me levanté y seguí sin mucho problema, incluso pensé que no había llegado a golpearme y la molestia era fruto del esfuerzo muscular al tratar de controlar la caída, pero dado que ya han pasado 9 días y sigo sin poder correr, con dolores y sin poder apoyar ese lado en la cama por la noche, me da a mí que tuvo que haber algún daño costal.

Con el fragor de la lucha, la verdad es que continué corriendo bien, en el siguiente repecho Mª Luz se me fue yendo poquito a poco y me quedé en tierra de nadie, y así seguí hasta el último avituallamiento, el calor ya se nota mucho y paré tranquilamente a beber , refrescarme y comer un trozo de plátano. Poco después tuvo lugar el segundo incidente de carrera, no debí ver una de las cintas de baliza en un giro de 90º y continué adelante cuesta abajo, al poco tiempo noté una soledad un tanto especial y me dí cuenta de que no había balizas, paré e incluso estuve tentado de seguir por si volvía a enlazar, menos mal que no lo hice porque como podéis comprobar en el mapa de wikiloc, si hubiera seguido me habría ido alejando cada vez más.


Di la vuelta y con la pereza de tener que volver a subir por donde había bajado fui retornando hasta dar con una baliza, en ese momento me crucé con otro corredor que se sorprende al verme en sentido contrario, le cuento la historia y continuo para abajo por el camino bueno. Deben faltar 3 ó 4 kilómetros de bajada por una senda de rocas bastante técnica, al principio voy desmotivado por la molestia en el costado y haber perdido algo más de 6 minutos a lo tonto, amén de tragarme casi 700 metros extra, claro, pero poco a poco vuelvo a entrar en carrera y en la última bajada vuelvo a recuperar tres puestos. Al final llegué muy contento en 4h12' para casi 30 kilómetros, media hora menos que el año pasado a pesar de mi equivocación, 37 de la general y 6º de categoría.

El final, como siempre en la piscina natural de agua helada, con limonada, cerveza y bocadillo. Nunca me cansaré de recomendar esta carrera, y este año que me he visto con más fuerza y he acabado mejor, más todavía.

Aspecto de la piscina natural tras la carrera.
Ahora estoy descansando, en parte ya lo tenía decidido y en parte también por el dolor en el costado. Espero reanudar los entrenos pronto para hacer la tercera carrera de la Copa el 9 de Agosto en La Garganta y después ya tengo nuevo reto, me estrenaré en un "miniultra" de 51 kms. y 4.800 de desnivel en el Trail de los Artesanos el 26 de Septiembre.

viernes, 5 de junio de 2015

Kilómetro Vertical de Las Hurdes

Un kilómetro vertical precisa entrega, exigencia  y control....o no llegas.


Podría parecer que en una carrera de tan pocos kilómetros no cabe el planteamiento o la estrategia, en teoría hay que salir fuerte, colocarse y seguir a tope hasta meta, pero después de enfrentarme a mi segundo kilómetro vertical en tres semanas, he podido comprender que es fundamental estudiar tramo a tramo el recorrido si no te quieres quedar en mitad del monte, si en dos kilómetros gastas tus fuerzas os aseguro que subir pendientes del 30% sin piernas se hace imposible...ni andando.

Carrera de 16 kilómetros con 1.600 metros de desnivel positivo en la que el tramo inicial constituía la segunda y definitiva prueba del Campeonato de Extremadura de kilómetro vertical, algo más larga que la anterior 5,9 kms. y D+ 980 mts. pero sin descanso, este es el perfil total de la carrera. Hacer la carrera entera o solo el km. vertical era optativo.

Perfil general de la Carrera, los seis primeros kms. constituyen el Kilómetro vertical.
La carrera se disputó en el pueblecito de Ladrillar, en Las Hurdes Altas, desde el que se tenía que subir al punto más alto de la Comarca, el pico del Mingorro, en la Sierra de la Granjera, que marca el límite de las provincias de Cáceres y Salamanca y se asoma a la vecina Sierra de Francia y al Valle de las Batuecas. La subida es espectacular, se hace casí continuamente por una vereda pedregosa que en forma de zetas va arañando la falda de la montaña y según se asciende se puede ir apreciando la inmensidad de la comarca y unas vistas inabarcables, así hasta el kilómetro 4, y desde aquí ya en lo alto de la Sierra continuar cresteando hasta alcanzar el Mingorro a casi 1.700 mts. de altitud.

Calentamiento previo
Yo llevaba unos días con una molestia en la zona medial de la rodilla, lo bueno es que corriendo no me dolía, pero en frío la verdad es que me costaba trabajo arrancar, para evitar problemas me pongo un tape de sujección y caliento bien la rodilla antes de comenzar. Salgo convencido de mantener un ritmo decente sin detenerme a andar los dos primeros kilómetros, la pendiente es continua pero tendida y consigo mantenerme en el medio de la hilera, ya en el tercer kilómetro me adelanta mi cuñado e intento fijarlo como referencia, andando en los tramos díficiles y esforzándome en correr en otros tramos para cambiar postura y no sobrecargar en exceso los mismos músculos. Lo logro y consigo mantenerme siempre un minuto por detrás.

Salida ya en cuesta
Vereda por la que transcurren los primeros kilómetros
Entre el kilómetro 3 y 4 son las rampas más duras, superiores al 30% de desnivel, no son tan acentuadas como las de la anterior carrera en Losar, pero aquí no hay descanso y hay que mantenerse siempre al máximo de tensión.

A partir del km. 4, cresteo suave hasta la cima
LLegar al avituallamiento del km. 4 es un alivio, el calor de la mañana ya es evidente y toca refrescarse para encarar la zona más técnica de la ascensión, no hay tanto desnivel pero crestear la sierra entre rocas hace que tengas que llevar alerta los cinco sentidos, se intuye el pico a lo lejos, pero se hace eterno, finalmente tras vadear el penúltimo escollo, una pequeña bajada te deja en pies del hito y con ello del final de la primera parte de la carrera en 1h01'.

Llegando a Meta del Km. Vertical
Hito del Mingorro, a su izquierda la Peña de Francia, cayendo a la derecha el Valle de las Batuecas.
Como el otro día, me tomo unos minutos de relax e hidratación admirando la panorámica de la Peña de Francia, que casi se toca con los dedos y del insondable Valle de las Batuecas a su derecha y prosigo, el resto de la carrera me lo voy a tomar con tranquilidad y espero que me sirva de entrenamiento para preparar "la Pencona" ( La carrera más dura de Extremadura) justo una semana después. Seguimos cresteando la Sierra, pero de pronto compruebo que las cintas de baliza descienden por unos barrancos de piedra sin final. Ya me habían prevenido, pero el descenso por esta zona es criminal, bajo mucho más despacio de lo que he subido con especial atención de mis tobillos que en una semana se tienen que enfrentar a lugares aún más duros.

Sí, por aquí tuvimos que bajar




LLegar al quinto avituallamiento y que te digan que ahora hay que volver a subir unos seiscientos metros es casi un alivio tras la bajada criminal, hace mucho calor y se agradece coger la llamada Senda de Alfonso XIII ( que por lo visto pasó por aquí en su famoso viaje a las Hurdes acompañado por Gregorio Marañón, reseña de la ruta aquí) cubierto de vegetación a pesar de que la nueva subida se hace dura.

Senda de Alfonso XIII
Ya sé que el camino desemboca de nuevo en Ladrillar y es una parte muy corrible, así que me dedico a poner el ritmo a 5'/km e ir recogiendo algunos cadáveres de los que me pasaron como bólidos en la bajada.


Llegando a meta
El final de la carrera me permite volver a hacer una entrada en meta con mi hijo pequeño en 2h28' y comprobar después que he logrado mejorar el puesto que tenía en el Campeonato y que me hace subir al tercer cajón del podium y llevarme a casa un trofeo, miel de la zona y una riñonera de hidratación Salomon.

La poscarrera casi es lo mejor, cervecitas, charla con los otros locos, baño reconfortante en las frías aguas de la piscina natural y megapaella para todo el mundo pusieron el broche de honor.

Piscina natural de Ladrillar
Y el domingo tengo una gorda, la temible Pencona de Aldeanueva de la Vera, segunda carrera de la Copa de Extremadura, sus 29 kilómetros y 3.800 metros de desnivel junto a su dificultad técnica la convierten en la carrera más dura de Extremadura, esta es la crónica del año pasado, a ver si esta vez puedo bajar de 4h30'

miércoles, 13 de mayo de 2015

Kilómetro Vertical Losar de la Vera

Empiezas a subir, casi trepar desde el principio, cuando las piernas no pueden más sigues con la cabeza, cuando la cabeza no puede más con el corazón, cuando el corazón no puede más ves la meta.


Sabía que un kilómetro vertical es una carrera difícil, casi para especialistas, pero los maratonianos tenemos el defecto de fijarnos sobre todo en distancias, así que en una carrera de menos de 5 kilómetros, por mucho desnivel que tuviera, no pensaba que pudiera tener muchos problemas. Este pensamiento me duró hasta un momento en el que yendo ya con las piernas tiesas me dió por mirar el garmin, más de veinte minutos de carrera e iba ¡¡ por el km 1,2!!. ¡¡ Dónde me he metido !!

La historia comenzó un poco antes, madrugón para viajar a Losar y con 18º ya por el camino, presagio de que sería un día prácticamente de verano, al llegar caras conocidas montañeras de otros años, pocas, 70 inscritos me afirman en la idea que estas carreras pequeñas y tan particulares son territorio especialista y de un nivel bastante alto en la media, nadie se mete un kilómetro vertical para pasar una agradable mañana de domingo en la Sierra.


Tras una salida neutralizada para bajar a la piscina natural y reagrupamiento, se da la salida, el calor aprieta desde el principio y el sudor empieza a resbalar desde las primeras rampas, casi desde el primer metro, sin darme cuenta me quedo bastante atrasado, casi de los últimos, se corre lo que se puede, pero está claro que la gente busca posiciones para llegar sin atasco hasta donde nos salimos de la pista y empieza lo duro, no hay tregua, enfilamos ladera arriba por una vereda entre brezos y matorral bajo, hora de trepar, manos a las rodillas y pasito a pasito, en fila india, todavía tenemos fuerza para trotar unos metros en cuanto el desnivel se vuelve algo asequible, algunos aprovechan estos pequeños tramos para adelantar, yo me conformo con marcar un buen paso y no despegarme de los que llevo delante, me temo que estoy en la cola del pelotón.


Seguimos sin un descanso y el sol ya se muestra implacable, no estoy acostumbrado a estos desniveles, en mi sierra casi todas las subidas las puedo hacer corriendo y los tramos duros son cortos, aquí no se ve el final de la ladera, solo la fila impenitente de "colorines" regateando las rocas que por momentos también se convierten en obstáculos que trepar, saltar o sortear. Trato de mantener un ritmo continuo con pasos cortos y rápidos pero no es fácil, las piernas se cargan mucho, no pienses, solo sube. Por fin llega el primer avituallamiento en el kilómetro 1,5, cojo tres vasos de agua, uno me lo bebo, otro me lo echo por encima y con otro empapo la gorra, han pasado más de veinte minutos y sé que ahora empieza el kilómetro más duro.


Nos adentramos en un robledal y con determinación toca tirar de cabeza, el terreno pedregoso y siempre por encima del 35% de desnivel con tramos de hasta el 42% no permite florituras, pero mi estrategia empieza a dar sus frutos y empiezo a recuperar posiciones, a pesar de hacer este kilómetro en 19'11", calculo que he recuperado 8 ó 10 posiciones, esto puede dar una idea de lo que hemos pasado.


Llegamos a una pista y el terreno se suaviza, permite correr y justo tras el segundo avituallamiento incluso rápido, hay un tramo en muy ligera subida de unos 800 metros, intento regular el esfuerzo sin parar de correr y mantengo posiciones hasta llegar al km. 3,5 donde comienza el siguiente tramo duro, volvemos a atrochar ladera arriba por una zona de matorral bajo con mucha pendiente, sigo avanzando posiciones, localizo a un par de veteranos que conozco de otros años y trato de alcanzarles, paso con seguridad al primero y me acerco mucho al siguiente, ya se ve la pancarta de meta y el terreno, desgraciadamente para mí, quien me lo iba a decir, se suaviza un poco y este corredor comienza a correr, lo intento pero no puedo alcanzarle, llego fundido del esfuerzo y del calorazo en una hora justa, luego me entero que soy cuarto de categoría, a cinco segundos del tercero, el que no pude pillar y 35 de la general.

Llegada a la cima.
A continuación se puede continuar otra carrera paralela que nos lleva de nuevo al pueblo por otro camino o retirarte; como bajar hay que bajar de todas formas continúo en carrera pero ya me lo tomo con más tranquilidad, me permito unos minutos en el avituallamiento y comienzo el descenso, hay tramos muy técnicos con senderos entre rocas que tomo en principio con mucha precaución, pero según van pasando los kilómetros la confianza aumenta y aprovecho para practicar estas bajadas técnicas de terreno pedregoso entre helechos tan típicas de la zona verata, además parece que cuesta abajo y por terreno frondoso el calor se ha disipado, me pasan algunos corredores como motos aunque yo también doy cuenta de otros, sobre todo en torno al km. 9 donde se presenta la mayor dificultad del camino, el descenso campo a través hasta la garganta de unos 200 metros de desnivel casi vertical y entre rocas, muy, muy complicado.



Peligrosa bajada a la garganta

Tras atravesar la garganta, los últimos kilómetros ya por pista descendente hacen que salga a relucir la fuerza que me queda y van saliendo todos a menos de 4'30" hasta la meta, en total casi 13 kms. en 1h53'. En la general de esta carrera paralela vuelvo a ser cuarto de la categoría, parece que estoy abonado.


Preciosa carrera, el kilómetro vertical muy exigente, pero seguro que me sirve de experiencia para el segundo asalto del campeonato, el Kilómetro Vertical de Ladrillar, en Las Hurdes el 31 de Mayo.

miércoles, 29 de abril de 2015

¿Cómo se entrena esto?

Nuevos desafíos, nuevas ilusiones, nuevas esperanzas.


Llevo ya unos días de vuelta a la montaña, mi querida sierra sigue ahí, repleta de retamas, jaras y mimosas florecidas, toca cambiar el crono por el altímetro, la zancada larga por el paso seguro, las metas por las cimas.
Este año el calendario de carreras por montaña me ha trastocado algunos planes y me pierdo algunas de mis carreras fijas, así que mirando de aquí al verano en realidad solo tenía un objetivo en junio, la Carrera Pencona de Aldeanueva de la Vera, la carrera por montaña más dura de Extremadura. Una semana antes se vuelve a celebrar una carrera en Las Hurdes que me perdí el año pasado y que este año quería probar, un kilómetro vertical en Ladrillar que culmina el punto más alto de la comarca, así que son las únicas carreras que tenía en mente, pero revisando la web de la Federación de montaña, me di cuenta que también el 10 de mayo se celebraba otro kilómetro vertical en Losar de la Vera, y que ambos forman el campeonato de Extremadura de la modalidad, así que me he decidido a disputarlo.
Madre mía un Kilómetro vertical, parece que ambas carreras son parecidas por terreno y longitud, como su nombre indica consisten en salvar un desnivel positivo de 1.000 metros en un recorrido relativamente corto, muy dificultoso y con tramos de desnivel brutal, 4,9 kms. en Losar y 6,2 kms. en Ladrillar, por lo que los perfiles no tienen desperdicio:

Perfil kv. Losar de la Vera

Perfil kv. Ladrillar
Ambas carreras tienen una segunda parte más recreativa para volver al punto de inicio rodeando la sierra, que aunque también tienen un formato competitivo, ya me servirán para ir relajando y completar 12 y 16 kilometros totales respectivamente.

¿Y como se entrena esto?, supongo que los especialistas se hartarán de meter series en cuesta y escaleras, yo me voy a conformar con subir a buen paso todas las escaleras que me encuentre y en mis salidas por la Sierra elegir los terrenos más inclinados y apurar un poco más el esfuerzo en las subidas, por aquí no hay esos desniveles tan grandes así que cuando acabo el entreno hago unas series de sentadillas para completar.
El otro día esto de apretar en las subidas fue literal, iba por una vereda conocida de la Sierra que desemboca en una explanada donde hay colmenas instaladas, he pasado decenas de veces por ahí y nunca tuve ningún problema, pero ese día vi al llegar un todoterreno y dos personas vestidas de colmeneros trabajando en las colmenas, empezaron a gritarme que me alejara, pero cuando quise darme cuenta ya empecé a oír zumbidos alrededor, aceleré cuesta arriba todo lo que pude cuando noté el primer picotazo detrás de la oreja, notaba zumbidos que agitaban la espalda de la camiseta, con la gorra empece a darme por detrás, unos cientos de metros después paré y pude comprobar bastantes aguijones clavados en la camiseta, dos de ellos la habían atravesado y me habían alcanzado la espalda,  junto al de la cabeza y otro en la pierna, el episodio se saldo con cuatro picotazos, afortunadamente no tengo problemas de alergia, así que cuando 18 kilómetros después acabé el entreno ya apenas notaba los picotazos. Me pensaré volver a pasar sin comprobar antes la situación.


Afortunadamente las agujetas en los cuadriceps y los glúteos de los primeros días ya se van pasando, ahora queda ir afinando y pensar como plantear las carreras, salir a tope para evitar tapones y morir al km.2 o ir regulando e intercalar correr-andar-trepar según respondan las piernas, se aceptan sugerencias. 

martes, 14 de abril de 2015

Media Maratón de Cáceres 2015

Una mala carrera nunca puede estropear un buen día.


Ha sido de las contadas ocasiones en que he llegado a una carrera sin saber a ciencia cierta mi estado de forma. Tras la intensa temporada de invierno en asfalto, con cinco medias y dos maratones desde noviembre, paré totalmente una semana después de Barcelona y comencé muy despacito después, con vacaciones de Semana Santa incluidas, así que llegaba a la Media de casa con una incertidumbre casi total, me veía rapidillo, eso sí, algunos miles a cuatro pelados de unos días antes así lo indicaban, pero valga esto como dato orientativo, nada más.

De todas formas, cuando voy a una carrera con dorsal voy a correr, de todas todas, así que en la de casa con la familia desperdigada por el recorrido y el aliciente de correr por tus calles de siempre despejadas para la ocasión, no iba a ser menos. No es una Media fácil, y el calor tampoco ayudaba mucho. Que al final estuviera por debajo de 1h35', como era mi pretensión, o no era cuestión secundaria.






Mención aparte hago de la organización de la prueba por excelencia de mi ciudad. No me gusta criticar sin ton ni son, y no sé si es culpa del Ayuntamiento o de la entidad organizadora, pero en una prueba que quiere seguir creciendo y agotando más de 1.100 dorsales no se pueden ver tantos signos de racanería y prisas de última hora, amiguismo con ciertas asociaciones "colaboradoras" y ninguneamiento de otras. Vale que sigue siendo una prueba barata, 14 Euros, pero agua no puede faltar, más un día soleado de Abril con más de 20 grados a las 12 de la mañana y los avituallamientos fueron muy escasos, animación en el recorrido casi inexistente por insuficiente difusión y prácticamente nula colaboración con los clubes de corredores locales. Toca ponerse las pilas para el año que viene.

Buscando a Willy tra un pilar del arco



Cuesta de la Gran Vía tras la salida, otra vez buscando a Willy por el centro
El ambiente previo fue, eso sí, genial, tropecientos corredores conocidos, algún seguidor del blog desenmascarado y foto multitudinaria del Club Maratón Cáceres. Intento colocarme bien en la salida, escondiéndome tras un pilar del arco de salida; nada más salir se afronta una cuesta dura y seguro que se forma tapón, la estrategia es buena y salgo bastante suelto cuesta arriba, la carrera es a dos vueltas donde lo complicado está en los dos primeros kilómetros en los que se recorre parte de la Ciudad Monumental, con cuestas y piso irregular y empedrado, después ya es bastante plana, aunque siempre con tendencia ascendente hasta el km. 6, después un baja-sube tendido hasta el 8 y a continuación tendencia descendente hasta el fin de la vuelta.







Finalizando la primera vuelta
La historia de mi carrera es corta, ya que solo dura 13 kilómetros, salida y  primera vuelta buena, en torno a ritmos de 4'15-4'25/km. me noto ágil y tengo buenas sensaciones, no encuentro un grupo al que adaptarme, pero acabo la primera vuelta de 10,5 kms. bien en torno a 46 minutos. Después, en el tramo complicado del inicio de la segunda me vengo abajo, me tomo incluso un gel, pero a partir del 13 se me va la fuerza, simplemente paso de poder ir a 4'20/km a tener serias dificultades para bajar de 4'40, así que regulo todo lo que puedo, procuro disfrutar al máximo del recorrido y el sol primaveral, segunda vuelta en 50' y a esperar a recoger a mi hijo cerca de meta para cruzarla junto a él, esa foto es lo mejor que me llevo.

La cuesta inicial ya se sube diferente en esta vuelta.








Después a seguir disfrutando del día con la familia. Mi cuñado también corrió, recuperado de su gran crono en la Maratón de Badajoz, 3h11' y presto a enfrentarse otra vez en Madrid a la reina de las pruebas, ¿ le estaré contagiando ?

Y ahora, con los días largos vuelvo al monte, este año el calendario se me complica entre eventos, bodas y comuniones, incluso me perderé el trail de la Sierra de la Mosca.  Al menos intentaré repetir en la Copa de Extremadura de Carreras por Montaña, ya me he perdido la primera prueba que fue el Viernes Santo y estaba de vacaciones, pero quedan tres pruebas puntuables, así que si quiero pelear por podium como el año pasado tengo que ponerme las pilas en las tres, además quizá pruebo los dos kms. verticales que hay en mayo y conforman el campeonato de Extremadura de la especialidad y en Septiembre el Maratón de Montaña de Artesanos se ha convertido en una ultra de 50 kms. A ver si me pilla con ganas de estrenarme en larga distancia. 

A partir de octubre, cambio de hora y cambio de nuevo a modo Maratón, Valencia va cogiendo papeletas.