viernes, 29 de abril de 2016

Triplete

Nunca antes me había retirado de una carrera, y este año ya iban dos.

Garganta de los Infiernos ( Valle del Jerte)
La recuperación de la larga lesión que me ha tenido ocho meses fastidiado no ha sido un camino de rosas, a primeros de año apuré hasta el final para estar en la Maratón de Sevilla y recibí dos golpes, el primero fue tener que abandonar en enero en la Media Maratón de los Barruecos porque se agudizaron las molestias. El segundo golpe, afortunadamente, fue de suerte y tras una infiltración "made in home" pude terminar la Maratón en 3h33' feliz y satisfecho.

Tocaba el cambio de turno al trail y las primeras sensaciones entrenando fueron buenas, los aquiles aguantaban ( dando la lata de vez en cuando, todo hay que decirlo), pero en la primera carrera de Montaña en muchos meses, tuve que volver a retirarme. Fue en la Sierra de Montánchez, 21 kms. y 1.000 de desnivel positivo. Empecé bien, pero tras una bajada a tumba abierta, un latigazo en el cuadriceps me dejó la pierna temblando, quise seguir, ya que andando cuesta arriba me aguantaba, pero en cuanto me ponía a trotar tenía la impresión de que me iba a romper, así que me di media vuelta hasta el último avituallamiento y culminé mi segunda retirada del año...y de mi vida.

Creo que hice muy bien ya que la recuperación fue rápida y pude volver a correr pronto. Se acercaba la Media Maratón de Cáceres, la de casa, y no me la iba a perder, además, justo la semana después me enfrentaba de nuevo a la que es , probablemente, la carrera más bonita de Extremadura ( y de las más duras), la carrera de la Garganta de los Infiernos, en la que las inscripciones duraron pocas horas un par de meses atrás.

La cosa pintaba tan bien que para entrenar los desniveles que no tengo al lado de casa y además poder quitarme el mal sabor que me dejó la última retirada me inscribí también en la carrera por montaña de los 21 del Calvario en La Zarza para la semana anterior a la Media de Cáceres. En realidad fueron 22 kms. y 1.100 de desnivel positivo en una carrera bonita y más técnica de lo esperado, en parte también porque se tiró toda la semana lloviendo e incluso nos cayó una tormenta en la propia carrera que hizo algunos tramos de roca mojada peligrosos, sobre todo en las bajadas. Inolvidable la imagen del pantano de Alange desde la Sierra con el cielo negro tormentoso al frente y el sol por detrás reflejándose en las incontables peñas del recorrido.




Sin tiempo para descansar, llegó la semana siguiente la Media de Cáceres, sin exprimirme a tope pero tampoco dejando mucho en la recámara, soy de los que en carrera salgo siempre a competir contra mis circunstancias de ese momento y me gusta esforzarme, las disfruto más. No es una Media fácil y acabé en 1h37', sobre lo esperado, muy regular toda la carrera y como siempre gozando de que cierren por unas horas la ciudad para nosotros.




Y casi sin tiempo para recuperar me planto a la semana siguiente en Jerte, cuando las flores de los cerezos aún blanqueaban las paredes del Valle. Todo lo que pueda hablar de esta carrera se quedará corto. 26 kms. y 1.600 de desnivel positivo con terrenos para todos los gustos. El tiempo nos respetó después de una semana de lluvias incesantes y correr por esta reserva natural es indescriptible. Cruzarte con decenas de senderistas que te animan, parar unos segundos a contemplar la garganta salvaje en los Pilones, cruzar bosques de robles y castaños por un suelo marcado en barro por torrentes improvisados, sentir las piernas dormidas de agotamiento tras subidas interminables y bajadas imposibles y ver entre los cerezos en flor acercarse el pueblo con la certidumbre de poder completar la carrera ha sido un regalo. Solo por estos momentos se compensan esos ocho meses parado, dolorido, con pocas ganas de correr....y de escribir.





























He completado un triplete especial en dos semanas que me recuerda al triplete de maratones en dos meses del 2.012, sin embargo no me ha salido gratis, la recuperación posterior me ha devuelto molestias en el tendón de aquiles izquierdo y de nuevo estoy parado y con la bici. 

Esperando volver a vivir días como esos sé que volverá a merecer la pena.